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> Malformaciones arteriovenosas y cavernomas

Tratamiento y cirugía de malformación arteriovenosa (MAV)

El tratamiento recomendado varía en función del tipo de MAV y su clasificación de Spetzler-Martin, que tiene en cuenta el tamaño, la zona cerebral adyacente y el tipo de drenaje venoso. Además, también tenemos en cuenta otros factores como la presencia de aneurismas asociados, si hay sangrado, el tamaño, el flujo y el estado basal del paciente.


El tratamiento de las MAV se sustenta en tres opciones: Cirugía, radiocirugía y embolización. Se pueden combinar diferentes opciones de tratamiento. La cirugía es el tratamiento de elección, pero cuando el riesgo es demasiado elevado se puede buscar un tratamiento alternativo. La cirugía elimina el riesgo de hemorragia casi de inmediato y disminuye las convulsiones. Pero en este caso, siempre realizamos un estudio exhaustivo que nos permite decidir cuál es la mejor opción terapéutica para cada MAV y cada paciente.

Qué es la malformación arteriovenosa

Las malformaciones arteriovenosas (MAV) son conjuntos anómalos de vasos sanguíneos que forman una maraña. En su interior (“nido”) no suele haber tejido cerebral.

Suelen ser congénitas, pequeñas y de flujo bajo al nacimiento, y con los años tienden a crecer y presentar presiones más elevadas, haciéndolas más propensas a sangrar.

 

Suele diagnosticarse en adultos jóvenes (entre los 30 y 40 años), y el cuadro clínico habitual puede comprender:

Hemorragias: lo más frecuente (50-60%). Más habitual en MAV pequeñas.

Convulsiones. Más habitual en MAV de mayor tamaño.

Efecto de masa, con clínica variable en función de su ubicación.

Otros: cefalea, isquemia por robo circulatorio, soplos…

En pacientes pediátricos con MAV muy grandes: hidrocefalia, insuficiencia cardíaca, ingurgitación de las venas de la frente…

Diagnóstico de malformación arteriovenosa

Mediante resonancia magnética cerebral (RMN) se observa la lesión, su flujo, las arterias aferentes y las venas de drenaje. 

También se puede diagnosticar por arteriografía, aunque es más invasivo y puede no revelar todas las MAV. La arteriografía nos permite estudiar la MAV y valorar qué tratamiento tenemos que realizar

> CAVERNOMA

Cirugía de cavernoma

Cuando existe un déficit neurológico o la lesión ha sangrado, está indicada la cirugía si, por su ubicación, es accesible. En caso de sangrados de repetición, habría que plantearse su extirpación independientemente de su localización, aunque sea delicada, ya que no responde a otros tratamientos.

Qué es el cavernoma

También se les llama angiomas cavernosos o malformaciones cavernosas, y son tumoraciones vasculares benignas, ubicadas dentro del cerebro pero sin tejido neural interpuesto ni grandes vasos aferentes o de drenaje. Suelen ser de entre 1 y 5 cm, y con frecuencia hay más de una lesión.

El principal problema con los cavernomas son las complicaciones que pueden generar, derivadas de hemorragia, trombosis, ubicación…

La mayoría de pacientes debutan con convulsiones o un déficit neurológico progresivo, aunque también pueden presentar hemorragias. De hecho son lesiones propensas a presentar pequeños sangrados que no suelen ser graves.

Diagnóstico de cavernoma

El TAC puede no identificar todas las lesiones, por lo que la prueba más sensible es una resonancia magnética (RMN) en T2.

Si se encuentran en la RMN múltiples lesiones heterogéneas con anillo hipodenso, y además existen antecedentes familiares, el diagnóstico es casi seguro.

Si hay más de un miembro de la familia con cavernomas, se debería realizar un estudio con RMN y consejo genético de los parientes de primer grado.